El ácido hialurónico (AH) es un mucopolisacárido presente en casi todos los tejidos y fluidos de nuestro organismo y el de otros muchos seres vivos como elemento estructural de la matriz extracelular.
En altas concentraciones en piel y mucosas, tiene como propiedad fundamental retener grandes cantidades de agua (propiedad higroscópica).
Esa enorme capacidad para retener agua hace que tenga un uso muy extendido en medicina en general y en medicina estética en particular, especialidad en la que se utiliza para hidratar, regenerar y dar volumen a la piel.
Tras una amplia experiencia en medicina estética, su uso ha llegado a la ginecología, y no solo para un uso estético como cuando se usa para hidratar o dar volumen a los labios mayores, sino también para regenerar y mejorar la funcionalidad genital femenina en muchos casos de patología vaginal como es el caso de la atrofia y sequedad vaginal y vulvar.
Voluminización
Grandezas del ácido hialurónico vaginal
Hoy se sabe que esta degradación del ácido hialurónico es la responsable de la bioestimulación que ocasionan los tratamientos con él, ya que sus cadenas cortas una vez fraccionado son las que son capaces de estimular la producción de colágeno en el fibroblasto, la célula noble del tejido conectivo.
Lo más novedoso en el campo del ácido hialurónico son las últimas evidencias que afirman que la zona que ha sido tratada con el mismo ya no vuelve al estado previo al tratamiento. Se cree que esto es debido a que es capaz, ya sea por sí mismo o por alguno de sus productos de degradación, de activar las células madre quiescentes o “dormidas” que sabemos que hay en todo tejido, lo que actualmente está en proceso de investigación.
Como todos los tratamientos con ácido hialurónico, consiste en la infiltración del mismo en la zona que queramos tratar, mucosa vaginal, dermis o tejido celular subcutáneo dependiendo de la finalidad con que se haga.
Es un acto médico que se hace en consulta bajo anestesia local tópica en crema por lo que es totalmente indoloro, que dura entre 20 y 30 minutos, que se y que está exento de riesgos en manos de un especialista en ginecología estética.
Normalmente es suficiente una sesión cada año o año y medio.
Los efectos duran el tiempo que el ácido hialurónico permanece en el cuerpo, cosa que depende de la degradación del mismo por nuestras hialuronidasas, las enzimas que lo fraccionan, y que en rasgos generales oscila entre uno y dos años.
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